Euros Anti, La Razón, domingo 25 de junio de 1950
Acontecimiento artístico de singular relieve, este fresco es la primera obra de su género que la ciudad de Sucre puede contemplar en el despacho rectoral de la Casa Universitaria.
Bajo la inspiración del movimiento neohumanista presidido en América del Sur por José Venturelli, entre otros, un conjunto de artistas de elevada prosapia reunidos en Santiago de Chile abre, con obras como este fresco, nuevos y promisores caminos al arte de Raphael, Leonardo y Miguel Angel, trasuntando estados emocionales de un mundo herido de muerte en sus angustias, sus miserias y profundas paradojas.

El fresco de Solón Romero, síntesis armoniosa de vivos colores en contraste, renueva, dentro de lo técnico de su creación, con rotundo éxito, los mismos procedimientos que usaron hace 400 años los excelsos conductores del renacentismo italiano. Pero su acierto se destaca acaso más en la idea que le sirve de guía creadora, idea que ha podido hallar cuatro momentos definidamente cruciales para mostrarnos, en ellos cuatro, toda la gesta heroica de los pueblos andinos: la Conquista, la Dominación, la Revolución, la Fundación, de derecha a izquierda en semicírculo, cuatro grupos de intensa vibración humana -especialmente los dos primeros- en los cuales se alza en el centro la figura señera y gigante, gráficamente gigante, de don Jaime Zudañez, símbolo máximo de este nudo indisoluble de la historia del 1800 que enlazó para siempre la reacción inteligente y reflexiva contra el tradicionalismo obscurantista y el triunfo institucional de las más caras libertades: la Universidad y la República.
Título original: El fresco de Solón Romero