Walter Solón Romero Gonzáles (Uyuni, Bolivia, 8 de noviembre de 1923 – Lima, Perú, 27 de julio de 1999) fue uno de los exponentes más destacados de la plástica boliviana del siglo XX y un maestro de la pintura mural, el dibujo, el grabado, la tapicería y otras disciplinas.

La obra de Solón está íntimamente ligada a la historia de Bolivia. Sus murales al fresco y a la piroxilina cubren diferentes problemáticas siempre desde una perspectiva social. Sus series del Quijote son una denuncia de las dictaduras militares y una crítica de las democracias que dejaron en la impunidad las violaciones a los derechos humanos. En 1972, la desaparición forzada de José Carlos Trujillo Oroza, hijo del primer matrimonio de su esposa Gladys Oroza, le dio una redoblada dimensión humana y personal a su trabajo en pos de la conciencia social del arte.

  1. Huérfano entre el violín y la pintura
  2. Surrealismo Indígena
  3. Chile y Bolivia: Mar Ausente
  4. Los frescos de Sucre y el grupo Anteo
  5. La vuelta al mundo de Solón
  6. La Paz: Murales a contracorriente
  7. México y Nueva York: síntesis del pensamiento social y andino
  8. Desaparición forzada del Jó
  9. La urdimbre perdida y las flores
  10. Detención, exilio e impunidad
  11. El Retrato de un Pueblo
  12. La conquista interminable
  13. El Valle de las Piedras y la Fundación Solón
  14. La conciencia social del muralismo
  15. Murales inconclusos y partida

Huérfano entre el violín y la pintura

Walter Solón Romero Gonzáles nació en Uyuni, departamento de Potosí, Bolivia, el 8 de noviembre de 1923. Fue el cuarto de cinco hijos. Quedó huérfano a muy temprana edad y fue enviado al internado del Sagrado Corazón en la ciudad de Sucre. Viendo sus habilidades para la pintura, los jesuitas encargados del internado, le montaron un pequeño salón para que hiciera réplicas de cuadros religiosos. Cecilio Guzmán de Rojas durante una de sus visitas a Sucre, conoció a Solón y le ofreció una beca para estudiar en la Academia Nacional de Bellas Artes Hernando Siles de la ciudad de La Paz.

En esa época Solón se debatía entre la pintura y el violín que le regaló su padre. En 1939 cuando visitaba la ciudad de La Paz para asistir al segundo Congreso Eucarístico de Bolivia, junto a una delegación del Sagrado Corazón, buscó a Cecilio Guzmán de Rojas para solicitarle la beca que le había ofrecido.

Durante su estadía en La Paz tuvo como maestros al pintor Luis Luksic, a la escultora Marina Nuñez del Prado, y fue influenciado por la obra de Jorge De La Reza. Solón vivió situaciones muy difíciles por el retraso en el pago de la beca de la Escuela de Bellas Artes. Abrumado por su condición material, volvió a Sucre y estudió para profesor de escuela primaria (1940-1944) y luego profesor de filosofía y letras (1945) en la Escuela Normal de Sucre. En Sucre se convirtió en asiduo lector de libros de arte y literatura surrealistas.

Surrealismo Indígena

Lámina del álbum psiquis, dibujo a tinta china, 1946, Casa Museo Solón

Solón realizó su primera exposición colectiva en 1944 e inauguró su primera exposición individual el 12 de octubre de 1946 en la ciudad de Sucre. Esta muestra estuvo compuesta de 39 obras e incluía óleos, témperas, acuarelas, xilografías, esculturas y un álbum de dibujos denominado Psiquis. En diciembre de 1946 la muestra se expuso en el salón de la Alcaldía de la ciudad de La Paz.

Algunas de sus obras hacían referencia al momento histórico que vivía Bolivia signado por el colgamiento del presidente Gualberto Villarroel el 21 de julio de 1946.

Tempera de Solón reproducida por el periódico La Nación, 10 de diciembre de 1946

Críticos de la época dijeron que a la exposición de Solón “no podemos ir con la idea de distraernos como en un cine, sino que debemos ingresar a ella como al ambiente solemne de una biblioteca donde tenemos que estudiar, conocer y aprender cosas nuevas[1]. Así mismo, la calificaron de “Surrealismo Indígena” manifestando que “hasta hoy la pintura americana ha tomado al hombre autóctono solamente como elemento del paisaje, en la plástica se han identificado el uno con el otro, de ahí la estaticidad, la falta de movimiento en la pintura boliviana. Sin embargo, el surrealismo puede operar en forma distinta y traslucir en brotes exteriores toda la introvertida psicología de nuestro indio[2].

Chile y Bolivia: Mar Ausente

Entre 1947 y 1948 estudió pintura mural, grabado y pintura sobre vidrio en la Escuela de Bellas Artes y la Escuela de Artes Aplicadas de la Universidad de Santiago de Chile.  En 1948 pintó su primer fresco titulado Bolivia: Mar Ausente. De este mural sólo existen fotografías en blanco y negro pues la Escuela de Bellas Artes, hoy Museo de Arte Contemporáneo, ubicado en el Parque Forestal de Santiago de Chile, sufrió un grave incendio en 1969 y durante el proceso de restauración del edificio, dicho mural, junto a otros, fue tapado con pintura blanca.

Bolivia: Mar Ausente, fresco, 5×1,5 metros, Solón, Escuela de Bellas Artes de Santiago de Chile, 1948

Sus principales maestros en Chile fueron Laureano Ladrón de Guevara de pintura al fresco, Marco A. Bontá de grabado y Héctor Banderas Cañas de pintura sobre vidrio. Junto a José Venturelli, Gabriel Bracho, Osvaldo Reyes, Carmen Cereceda, Julio Escámez, Pedro Lobos, y Orlando Silva organizaron el grupo de “nuevos humanistas”, y conoció a Diego Alfaro Siqueiros durante una de sus visitas a Chile. En este país realizó distintas exposiciones y obtuvo varias distinciones siendo la más destacada el primer premio de honor para Extranjeros en el Salón Oficial de 1948.

Los frescos de Sucre y el grupo Anteo

En 1949 retornó casi desahuciado a Bolivia por una grave pleuresía provocada por un accidente de avión en Chile. Solón pasó varios meses en el hospital de Santa Bárbara de la ciudad de Sucre donde escribió “Diario de un Hospitalizado o Adaptación a la Muerte”.  Ese año, a invitación de Guillermo Francovich rector de la Universidad Mayor Real y Pontificia San Francisco Xavier de Chuquisaca, realizó el vitral Universidad Popular.

En 1950 pintó su primer fresco en Bolivia, titulado “Jaime Zudáñes y la Revolución de Mayo”, y fundó el Grupo Anteo que se planteó “vivir no solamente para el arte sino para la esperanza humana”. El Grupo Anteo tenía entre sus principales miembros a los pintores Gil Imaná, Jorge Imaná y Lorgio Vaca, a los poetas y escritores Eliodoro Ayllón Terán, Juan José Wayar, Héctor Borda Leaño, Lorgio Duchen y Humberto Díez de Medina, al fotógrafo Luis Chopitea y al abogado Hugo Poppe Entrambasaguas.

Ese año conoció a su futura esposa Gladys Oroza y al hijo de su primer matrimonio: José Carlos Trujillo Oroza. Solón tuvo dos hijos con Gladys: Walter nacido en 1955 y Pablo en 1958.

Gladys Oroza Ichazo, 1953

En 1952 Bolivia vivió una revolución que conquistó la nacionalización de las minas, la reforma agraria, el sufragio universal, la reforma educativa y la conformación de la Central Obrera Boliviana. Este proceso influenció fuertemente la obra de Solón. En 1953 y 1954 pintó el mural al duco Mensaje a los Maestros del Futuro en la Escuela Superior de Formación de Maestros “Mariscal Sucre” donde pinta un Quijote de tres cabezas que mira el pasado, el presente y el futuro de la educación.

En 1957 realizó en el Colegio Nacional Junín de Sucre el mural a la piroxilina Mensaje de Patria Libre que marcó la despedida del Grupo Anteo.

La vuelta al mundo de Solón

Entre 1956 y 1963 Solón realizó varios viajes a China, Japón, India, Egipto, Italia y Brasil, entre otros países, para profundizar sus conocimientos entorno al grabado, la pintura mural al fresco y la restauración de obras de arte. De estos viajes, Solón recogió muchas experiencias y aprendizajes que luego aplicó en su trabajo. Una de ellas fueron las propiedades aditivas del aceite de Tung utilizado en los murales de Dunhuang, China, que aplicó en sus frescos y que utilizó para el desarrollo de la técnica del grabado sobre cemento que se plasmó en la serie Pueblo Viento.

Álbum Pueblo al Viento, Cemento grabados, 1958

Solón combinó el aprendizaje continuo con la creatividad artística y la docencia. Fue nombrado director del Departamento de Artes Plásticas de la Escuela Normal Superior de Formación de Maestros «Simón Bolívar» de la ciudad de La Paz, director nacional de Artes Plásticas, y jefe de la carrera de Artes Plásticas de la UMSA.

La Paz: Murales a contracorriente

En 1958 Solón se trasladó con toda su familia a la ciudad de La Paz en un momento en que comenzó el declive de la revolución de 1952. En el edificio de Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia de la calle Bueno pintó el fresco Historia del Petróleo. Este mural postula a la nacionalización de los hidrocarburos como esencial para el desarrollo de Bolivia[3], contraponiéndose al proceso de desnacionalización de los hidrocarburos que el Movimiento Nacionalista Revolucionario empezó en 1956 con la promulgación del código Davenport[4]. El documental Petróleo y Arte es un testimonio de cómo se pintó este fresco que es el único de su género en la ciudad de La Paz.

Historia del Petróleo, fresco, Yacimientos Petrolíferos de Bolivia, La Paz, Bolivia, 1958

En 1964 Solón realizó en el Monumento a la Revolución Nacional el mural a la piroxilina El Futuro de la Revolución Nacional, personificando dicho futuro en la figura de un Tupaj Katari que ha reunificado todos los miembros descuartizados de su cuerpo tras la rebelión de 1781[5]. En noviembre de 1964 se produjo el golpe del General Rene Barrientos Ortuño que cierra el ciclo iniciado en 1952 y que incide en que Solón no pinte murales en Bolivia por las próximas dos décadas.

México y Nueva York: síntesis del pensamiento social y andino

Entre 1965 y 1966 Solón vivió con su familia en México estudiando conservación y restauración de obras de arte. Allí realizó la exhibición Forma y Color en el Lago Titicaca.

Solón vivió en Nueva York entre 1967 y 1970 con un intervalo en el que retornó a su país. Durante su estadía en el norte realizó la muestra de dibujos Entrelíneas, la serie de dibujos El Quijote y San Francisco y un conjunto de cuadros en alto y bajo relieve a los cuales denominó Exposición Blanca.

La muerte de una utopía, dibujo a tinta, serie Entrelíneas, Nueva York, 1968

Las obras producidas en México y Estados Unidos tienen en común la búsqueda de la abstracción y la síntesis del pensamiento social de raíces andinas. Los ocres y azules característicos del altiplano boliviano y las composiciones a base de líneas rectas y curvas priman en los cuadros del lago Titicaca. El trazó continuo que revolotea en el blanco papel domina tanto en los dibujos de Entrelíneas como en la serie de El Quijote y San Francisco. Varias de las siluetas de tres dimensiones de La Exposición Blanca están inspiradas en figuras de Tihuanaco y en la tragedia de las guerrillas de Ñancahuazú del Che Guevara de 1967.

Solón obtiene la residencia permanente en Estados Unidos pero un choque del metro en Nueva York lo obliga a volver a Bolivia para recuperarse de su pleuresía que se reactivó por dicho accidente.

Desaparición forzada del Jó

Entre 1969 y 1971 Bolivia vivió un periodo de gran convulsión marcado por levantamientos populares y asonadas militares que se cerraron con el golpe del coronel Hugo Banzer Suárez el 21 de agosto de 1971[6].

José Carlos Trujillo Oroza, 1949 – …

José Carlos Trujillo Oroza, a quién su familia y amigos llamaban Jó, ingresó al Ejército de Liberación Nacional influenciado por el legado del Che Guevara[7]. El 23 de diciembre de 1971, en la ciudad de Santa Cruz, fue detenido junto con otros dos jóvenes y torturado gravemente en la prisión de El Pari[8]. Su madre, Gladys Oroza, logró verlo en la cárcel, hasta que el 2 de febrero de 1972 lo hicieron desaparecer[9].

Gladys Oroza empezó una búsqueda desesperada de su hijo que se prolongó por cuarenta años hasta su muerte en 2012. Esta búsqueda de la verdad, la justicia y los restos de su hijo cambió la vida de Solón y su familia. Años más tarde Solón escribió:

En uno de los tantos retornos a mi país, encuentro una universidad sin voces de otro tiempo, en las fauces de perros amaestrados para el odio y con José Carlos desaparecido en las celdas del Pari en Santa Cruz, es entonces que… pinto al Quijote, porque en su figura encontraba la palabra que no hallaba en mi garganta. Ahí nace “El Quijote y los Perros[10].

¿A quién vosotros servís con tanto celo si clavado estoy en la pared sin libertad ni canto? Serie El Quijote y los Perros, 1974

La exposición de dibujos de El Quijote y los Perros fue inaugurada en 1974 en una pequeña galería de su propiedad. Diez dibujos de esta muestra fueron reproducidos en un álbum que circuló en plena dictadura. Cada lámina de este álbum tenía su firma y una frase escrita a lápiz. Una de ellas decía: “Sobre mí lanzaron perros para guardar al engaño”.

Al caer la noche, serie de xilografías Variaciones sobre un tema de Sangre, 1976

Solón no salió al exilio. Su producción artística adquirió un profundo compromiso social y un desafiante contenido humano. A raíz de la masacre de Tolata y Epizana de 1974[11], Solón realizó una serie de grabados a la xilografía que tituló Variaciones sobre un Tema de Sangre.

La urdimbre perdida y las flores

Cómo no podía pintar murales incursionó en el tejido con el objetivo de producir murales de lana de alpaca que fueran transportables. Estos tapices dieron nacimiento a la muestra Tras la urdimbre perdida.

En 1978 Solón viajó a Francia a profundizar y compartir sus conocimientos sobre tapicería en el Liceo Experimental de Sévres, Francia, con el maestro Jacques Brachet.

En 1979 cuando Solón regresó a Bolivia celebró la caída de la dictadura pintando Flores y Paisajes utilizando las técnicas con tinta china que aprendió en sus viajes por el Asia.

Gladys Oroza, se transformó en una activista por los derechos humanos, y se sumó al juicio de responsabilidades que Marcelo Quiroga Santa Cruz inició contra la dictadura de Hugo Banzer.

El breve interregno de libertades fue bruscamente interrumpido por el golpe de Alberto Natusch Busch que dejó centenares de muertos. Solón, junto a sus alumnos de la Carrera de Artes Plásticas de la Universidad Mayor de San Andrés, plasmó la resistencia contra este golpe militar en el mural inconcluso Juan Azurduy de Padilla y las guerrillas.

Detención, exilio e impunidad

El 17 de julio de 1980, durante el golpe de Luis García Meza, Gladys Oroza fue detenida cuando asistía a la reunión del Comité Nacional de Defensa de la Democracia donde fue acribillado Marcelo Quiroga Santa Cruz. Gladys fue llevada a las caballerizas del Estado Mayor y luego a la Clínica de los Policías. Después de unas semanas fue enviada con arresto domiciliario custodiada día y noche por agentes de la policía.

El 11 de octubre de 1980, un día después de la suspensión de la detención domiciliaria a Gladys Oroza, Solón fue detenido y encarcelado en el Estado Mayor por la serie de El Quijote y los Perros y el mural Juana Azurduy de Padilla y las guerrillas. A Solón lo golpearon y amenazaron con cortarle las manos. Gracias a la presión internacional salió al exilio a Lima, Perú, junto a Gladys y su hijo Walter. Allí dibujó la serie El Quijote en el Exilio.

Solón volvió a Bolivia en 1983 y dibujó la serie El Quijote y los Ángeles para denunciar la democracia pactada que llevó a la impunidad de los crímenes de la dictadura de Banzer.

Mi General, sólo mariposas ha dejado su espada. Serie El Quijote y los ángeles, 1983

Durante este período, Solón dedicó varios trabajos a la promoción de los derechos humanos y la lucha contra la desaparición forzada, de la cual participó activamente su esposa representando a Bolivia en la primera reunión de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos FEDEFAM en 1981, y organizando en Bolivia la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Mártires por la Liberación Nacional, ASOFAMD en 1983[12].

El Retrato de un Pueblo

Entre 1985 y 1995 Solón pintó varios murales sobre paneles transportables que se sujetan al muro para permitir su rápido desprendimiento ante el peligro del retorno de dictaduras que los destruyan como ocurrió en 1965 con los murales de Miguel Alandia Pantoja. Entre estos murales a la piroxilina se encuentra Salud para Todos (1985), Ansiedad de Vivir (1991), El Cristo de la Higuera (1995) y su obra más importante El Retrato de un Pueblo que se encuentra en el Salón de Honor de la Universidad Mayor de San Andrés y que fue pintado a lo largo de tres años hasta su inauguración en 1989. En este mural Solón buscó retratar no sólo la historia de Bolivia sino capturar el espíritu de este pueblo enclavado en los Andes[13]. En el catálogo de presentación de El Retrato de un Pueblo, el muralista escribió “La verdad no es un mito, es la sombra de los actos en la historia y es la causa por la que pintamos en las paredes el retrato de los pueblos”. Este mural ocupa las cuatro paredes del Salón de Honor de la UMSA, con aproximadamente 300 personajes de la historia de Bolivia y una superficie de 150 m2.

Desde tiempos inmemoriales a la rebelión de las serpientes.
El Retrato de un Pueblo, mural a la piroxilina, Salón de Honor UMSA, La Paz, Bolivia, 1986 – 1989

La conquista interminable

En 1992, al recordarse 500 años de la invasión española, Solón pintó la serie La Conquista Interminable sobre papel amate hecho a base de corteza de árbol. Sobre esta muestra escribió:

He pintado sobre una simple pero sagrada corteza de un árbol: el amate, de ahí el nombre de la serie. En esa hoja dibujaron sus códices los aztecas para enseñarnos su historia. He querido que este mismo soporte me sirva para decir algo sobre la vida del hombre en esta América del Sur… Fue una utopía creer que la vida habría de tener un significado equivalente después de la llegada de los hombres. Sólo fue y es riqueza para unos, exterminio, esclavitud y miseria para otros, los sobrevivientes gozan del beneficio de la espera. Recordamos los hechos de una historia con grandes lagunas de olvido, pero no olvidamos a nuestros héroes mujeres y hombres que, alucinados por la justicia, perdieron su libertad y su vida.

La Conquista Interminable, amate, 1992

Esta muestra dio origen al video La Conquista Interminable que se desarrolla a partir de un dialogo entre la crónica de Felipe Guamán Poma de Ayala y la obra de Solón.

El artista y su esposa viajaron a Estados Unidos para una serie de exhibiciones de La Conquista Interminable. En Washington DC recabaron mayor información sobre el procedimiento para presentar una demanda por la desaparición forzada de José Carlos Trujillo Oroza. El 28 de septiembre de 1992 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos recibió el caso del Jó con el número 11.123 [14].

El Valle de las Piedras y la Fundación Solón

En 1993 Solón dibujo cientos de quijotes, rocinantes, ángeles, palomas, piedras, perros y paisajes para el video El Valle de las Piedras: De utopías perdidas y rosas cautivas. En este video de 21 minutos Solón actúa junto a su nieto José Carlos de 4 años[15]. Una selección de estos dibujos conformó la serie El Quijote y la Rosa

Este video producido por su hijo Pablo llevó a que en 1994 ambos fundaran la Fundación Solón, para lo cual el artista donó su casa/taller, ubicada en el barrio de Sopocachi, dando nacimiento a la Casa Museo Solón.

El Quijote y la Piedra, piroxilina

El logo de la Fundación Solón realizado por Solón combina al Quijote representando a la justicia con la figura de la Piedra que para el artista simboliza la memoria del inconsciente colectivo del pueblo.

La Fundación Solón articula la promoción de la obra y el pensamiento de Solón con el desarrollo de investigaciones, campañas y materiales audiovisuales sobre temáticas del agua, cambio climático, Amazonía, litio, transición energética, derechos humanos, derechos de la naturaleza, libre comercio y alternativas sistémicas[16].

En 1996 se realizó en la Fundación Solón una exposición recordando los 50 años de la primera exposición de Solón, y en 1997 Solón exhibió la muestra de piroxilinas de pequeño formato denominada Manchas.

La conciencia social del muralismo

En 1997 Solón presentó su ponencia La Conciencia Social del Muralismo en la Primera Jornada Mundial de Arte Público y Muralismo realizada en Tlaxcala, México. En este manifiesto decía:

El principal objetivo de un muralista es hacer hablar a las paredes para promover factores de comprensión y de cambio. Para ello el muralista investiga, estudia, crea y recrea la realidad histórica y social, empleando imágenes y símbolos accesibles al público, al hombre de la calle. El muralista no piensa fundamentalmente en sí mismo cuando realiza su obra de arte, sino en los demás, en los otros, en las multitudes a las cuales está destinado su mensaje. […] el problema más conflictivo que soporta hoy en día el artista y el muralista de nuestros tiempos no es tanto externo sino interno a su persona: la desilusión y el desengaño que dan paso al pragmatismo, la falta de confianza en su mensaje, la perdida de utopías… En otras palabras, el muralismo está en crisis porque los muralistas están perdiendo la fe. […]Todos hemos visto a este mundo rodar por el despeñadero de la historia: guerras, revoluciones, frustraciones, victorias, derrotas… ¡Todos tenemos experiencias para recrear la utopía de la humanidad! Este es nuestro desafío como muralistas[17].

El Cristo de la Higuera. Piroxilina. Piso 13 de la Facultad de Medicina, UMSA, La Paz, Bolivia. 1994

Murales inconclusos y partida

En el último piso de su taller, el artista comenzó a pintar dos murales que quedaron inconclusos por su muerte el 27 de Julio de 1999 en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas de Lima, Perú. Uno es un Mural autobiográfico y otro es un tríptico de paneles sobre La historia de la hoja de coca. Estos murales eran parte de una inacabada película en la cual participaban Solón junto a sus nietos José Carlos (9 años) y Valentina (5 años). Otros murales inconclusos pintados en paneles carentes de muros definitivos se exhibieron posteriormente a su partida en la muestra Murales Huérfanos del año 2004.

Solón se fue sin terminar su serie de dibujos El Quijote y los Niños, y una muestra de tallas y cuadros en alto y bajo relieve titulada Retablos: La sinfonía inconclusa. El último Quijote de Solón lleva la frase “Cuanto me dieron que vida”.


[1] https://solonart.org/1946/10/13/1946-primera-exposicion-de-walter-solon-romero/

[2] https://solonart.org/1946/12/17/1946-manifestacion-plastica-de-su-realismo-indigena/

[3] https://solonart.org/1996/01/10/la-historia-del-petroleo-entre-la-alucinacion-y-la-realidad/

[4] https://www.mhe.gob.bo/resena-historica/

[5] https://solonart.org/2009/07/08/solon-katari-y-la-imaginacion-historica/

[6] https://fundacionsolon.org/jose-carlos/jo/entregolpes/

[7] https://fundacionsolon.org/jose-carlos/jo/el-hombre-nuevo/

[8] https://fundacionsolon.org/jose-carlos/jo/el-pari/

[9] https://fundacionsolon.org/jose-carlos/jo/nunca-mas/

[10] https://solonart.org/1996/05/02/el-quijote-entre-nosotros/

[11] https://historias-bolivia.blogspot.com/2017/07/la-masacre-de-tolata-y-epizana.html

[12] https://fundacionsolon.org/jose-carlos/jo/golpe-y-exilio/

[13] https://solonart.org/2021/05/12/5-claves-sobre-el-retrato-de-un-pueblo/

[14] https://fundacionsolon.org/jose-carlos/jo/caso-11-123/

[15] https://solonart.org/el-quijote-y-la-rosa/

[16] https://fundacionsolon.org/la-historia/

[17] https://solonart.org/1997/11/06/la-conciencia-social-del-muralismo/