Solón es un maestro del dibujo. Para él la pintura puede ocultar un mal dibujo y por eso muchos artistas prefieren el color al trazo, a la línea fina y preciza que no deja dudas sobre el dominio del artista.
Solón se apoya en temas históricos, la literatura o la anécdota social. Al recrear al Quijote, Solón consigue representar al hombre en su lucha contra la injusticia y a su amor por la aventura, característica inequívoca del ser humano, dice el crítico boliviano Federico Blanco Catacora.
En su técnica del dibujo, la línea quebrada y angulosa le confiere un sello inconfundible a su estilo, notoriamente influenciado por las técnicas japonesas.
Solón combina sus conocimientos de creador de grandes espacios con el de paciente estructurador del líneas. La pureza de sus líneas se confunde con la espontaneidad del movimiento. Para Solón todo gran muralista debe ser en primer lugar un gran dibujante.