Solón, 11 de diciembre de 1997
¿Qué son las manchas? Quizá nosotros mismos seamos accidentales manchas en el soporte infinito del tiempo y sólo adoptamos formas a través de la distancia, cuando éstas se transforman en imágenes. A lo lejos la percepción mágica de nuestros ojos nos deja ver lo que en realidad no son sino eso: manchas, manchas que nos dicen algo.
El encanto de la luz hecha color nos invita a jugar con las formas como quien limpia el pincel sobre un soporte cualquiera, para dejarnos un pedazo de sol brillante en un sinfín de colores, tonos y valores que nos evocan fugaces recuerdos del pasado. Al parecer, este fácil manejo del pigmento viene de muy lejos, de estar viendo en grande, en los murales, lo que en verdad es una realidad que cabe en el ala de una pequeña mariposa. Podía ser solo eso: una informe mancha sin alusión a nada, como ahora se acostumbra, pero he querido que sea un recuerdo, un pasaje de esta vida nuestra, en suma, fragmentos de tantos y tantos murales pintados.
A esta edad, el devenir inexorable del tiempo nos permite revisar lo que hicimos y lo que no hicimos en la vida. Consciente de esta realidad, deseo que la Fundación Solón persista en lograr lo que no pude en esta tarea de sólo pintar murales y tejer, y tejer sueños inconclusos.